ARCO MADRID 2018
- Alberto Rodríguez Torres
- 30 may 2018
- 2 Min. de lectura

“El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer.”
En esta última edición de ARCO, se reunió lo más esencial del mundo del arte. Todo aquel que es alguien en el mundillo del arte contemporáneo internacional. También, como no podía ser de otra manera hubo polémica y mucha. En especial con cierta obra que iba a cubrir las paredes de la icónica galería Helga de Alvear. Algo que fue todo un desacierto y que hizo que la obra en cuestión tuviera mucha más polémica de lo que realmente era en sí. Por no hablar de la limitación de expresión, algo que en un campo como es el arte contemporáneo el cual es inconcebible si la censura forma parte del mismo.
Respecto a la propia feria en si hay que decir que fue un reflejo de un nuevo movimiento de compradores que el arte español está teniendo últimamente y tras varios años de pérdidas se vuelve a levantar, con una tendencia ascendente que ya va siendo habitual desde los dos últimos años. Aunque dejando a un lado los datos comerciales, también hay que fijarse en el contenido, ya que ARCO más allá de ser una feria de arte, también es una feria de creatividad. Y gracias a ello la influencia que tiene va mas allá de los datos económicos, llegando a todos los aspectos de la cultura, la publicidad y el pensamiento.
Otro aspecto destacable a comentar es la internacionalización que cada vez mas apunta maneras para esta feria. También influida por la presencia de la feria en los últimos años en la capital portuguesa, lo cual hace que haya una unión entre el arte contemporáneo español y portugués sirviendo ambas culturas como puente entre las tendencias artísticas Europeas y las latinoamericanas.




















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